lunes, 28 de junio de 2010

ESPERÁBAMOS TANTO A CARRIZO

Extraido de http: http://www.clarin.com/

Pretemporada 2010/11 de la Primera División.

22 de junio (DRS).- El arquero se suma al plantel. Además de ser un refuerzo clave, es el jugador que quieren los hinchas.

Por Javier Lanza.

No hay dudas de que de todos los refuerzos que se pondrán la camiseta de River este torneo, él es el más importante y esperado. Los hinchas hace rato que en cada encuesta en la que se les pregunta cuál es el jugador que necesita el equipo dicen su nombre. Hacía mucho que un arquero no dejaba una huella tan grande en el arco como lo hizo él. Es Juan Pablo Carrizo, quien a partir de hoy se sumaría a las prácticas para estar bajo las órdenes de Angel Cappa.

Desde que se fue a Europa, cada arquero que tuvo la oportunidad de vestir el buzo con el número 1 sufrió el juego de las comparaciones. Porque si el arco de River es inmenso para cualquiera, a todos los que les tocó estar no pudieron sacarse el peso de su apellido. Porque desde que debutó a comienzos del 2006 mostró un nivel de arquero veterano, que sorprendió a propios y extraños, y lo llevó a ser una de las piezas claves teniendo pocos partidos en Primera.

Su nombre está muy vinculado al del actual presidente de la institución, Daniel Passarella. Porque fue el "Kaiser", quien se la jugó por él y dejó en el banco nada menos que a un referente de ese plantel como lo era Germán Lux. Pero nadie le regaló nada y, en base de sus buenas actuaciones, se transformó en uno de los más importantes de cada plantel que integró. En el Clausura 2007 tuvo un partido consagratorio en un 1 a 1 ante Boca en la "Bombonera", en el que tuvo una de las mejores actuaciones de su carrera.

Su gran temporada hizo que la Lazio abonara 10 millones de dólares por cinco temporadas y lo cediera a River por un año debido a los problemas que hubo con su pasaporte comunitario. El primer semestre de 2008 fue, sin dudas, el momento más grato de su carrera. Fue bajo las alas de Diego Simeone, en el Clausura, cuando en las primeras diez fechas sólo recibió dos goles, sumando 598 minutos con la valla invicta. Lo que se recuerda de ese plantel es la incipiente aparición de Diego Buonannote, un Ariel Ortega que mostraba la mejor cara de los últimos años y un Carrizo prácticamente imbatible. Los números de esa campaña hablan por sí solos: tuvo la valla menos vencida del campeonato con tan sólo 13 tantos recibidos en los 19 partidos y fue el segundo mejor promedio Clarín -el primero fue Buonannote- con 6,37.

Por esos tiempos, decir Carrizo era hablar de nivel de Selección. Y su oportunidad con la celeste y blanca apareció de la mano de Alfio Basile el 18 de abril del 2007 cuando una Selección local empató sin goles ante Chile en Mendoza. El Coco siempre confió en él. Por eso lo llevó como suplente de Roberto Abbondanzieri a la Copa América de Venezuela y lo convirtió en un habitué de cada citación. Su debut oficial fue en el 1 a 1 ante Paraguay jugado en el Monumental por la Eliminatoria. A partir de ahí se adueñó del arco nacional hasta el fatídico 1-6 sufrido en la altura de La Paz ante Bolivia.

Ese resultado le minó la titularidad y la confianza. Porque, a partir de ahí su carrera dio un vuelco de 360 grados. Perdió el puesto con Andújar -luego con Romero-, y en Italia los bajos rendimientos hicieron que el uruguayo Muslera fuera el arquero titular de una Lazio que a final de temporada lo dio a préstamo al Zaragoza. En el club español siguió cuesta abajo . El pobre nivel de su equipo y un par de flojas actuaciones hicieron que Carrizo pasara de ser una fija en la Selección a mirar el Mundial por televisión.

Nada de eso importa en River.Porque él es consciente de que ningún lugar mejor que su casa para volver a ser el clon de Amadeo . “Es mi casa y sería volver a mis comienzos. Desde ya, mi intención es volver porque River está en un momento difícil y es hora de darle una mano después de todo lo que me dio”, se lo escuchó decir antes de arreglar su vuelta. Por ese motivo en cada uno de los pasillos del Monumental su nombre es sinónimo de grandeza y esperanza.


Copyright © 2009 - LMC – Texto: Javier Lanza - Corrección: Nicolás Souto - Buenos Aires, 28 de junio del 2010

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